viernes, 15 de junio de 2018

La herida de un deseo


A Vic

Observo la sonrisa que reluce
          radiante en el dibujo de tu cuerpo
          y eleva la firmeza de mi sueño:
          erecto en la avidez de ese perfume.

Imagino que enmarcas la figura

          y descuidas tus senos en mi pecho
          y reposas tus labios en mi sexo
          y me arrullas, me prendes y me inundas:

tus miembros se estremecen con los míos,

          se pierden y se encuentran, se retuercen
          y abandonan sus formas en el vuelo.

El amor nos sumerge en el delirio

          que desata en el éxtasis latente
          la herida descubierta de un deseo.

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