Recordando a Benedetti y a Pessoa
desvelos entre luces y en la sombra,
y todo lo que canto es un lamento.
Me debo siempre y solo a un pensamiento
que es un quiero y no puedo que me agota;
soy un soneto triste, poca cosa,
y todo lo que canto muere al viento.
Me pierdo en el baldío de los blancos,
me busco en el camino de la tinta,
y todo lo que canto es puro invento.
Os miento en lo que escribo, solo engaño
en ese mi sentir, que no es de vida,
pues todo lo que canto es fingimiento.
(Raíces y alas. Cuadernos de poesía, XI, enero de 2015, p. 19)
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